Somos lo que escuchamos. los efectos curativos del sonido
"Toda enfermedad es un problema musical; cada cura es una solución musical"
Georg Philipp Friedrich von Hardenberg, Novalis (1772-1801)
Durante siglos, el hombre ha estado fascinado con la relación de las frecuencias del sonido y la curación. Numerosos estudios científicos indican que el sonido tiene un efecto dramático en nuestros cuerpos, nuestras mentes y nuestro entorno. El I Ching, libro de la sabiduría china, afirma que "la música tiene el poder de aliviar la tensión dentro del corazón y de disminuir y aflojar las emociones oscuras". En el popular libro de Don Campbell, se observa que El Efecto Mozart®, significa que los poderes de transformación de la música, elevaron temporalmente el coeficiente intelectual de los estudiantes en 8-9 puntos.
Hay estudios muy interesantes sobre la electroestimulación en los proceso de curación donde se afirma que el cuerpo humano tiene numerosas frecuencias muy específicas en las que la producción de diferentes endorfinas, beta-endorfinas y catecolaminas, activaron algunas proteínas. La Dra. Kate Pengelly escribe en un artículo que apareció en Positive News, "Los científicos descubren la frecuencia de curación en los sonidos de los animales" "Pon un gato y un montón de huesos rotos en la misma habitación, bromean algunas escuelas de veterinaria, y los huesos se curarán”.
Hace poco tiempo que los científicos han descubierto que las ondas sonoras entre 20 y 140 Hz (a bajos db, es decir a poco volúmen) son anabolizantes para el crecimiento óseo y también ayudarán a curar fracturas, reparar músculos desgarrados y ligamentos. Así mismo reducirán la inflamación y aliviarán el dolor.
Científicos de institutos de investigación de Fauna han descubierto que el ronroneo de un gato no solo coincide con esta vibración, sino que sus frecuencias dominantes son de 25 y 50 Hz, que son las frecuencias óptimas para el crecimiento óseo y la curación de fracturas. Todos los gatos, incluidos los más grandes como pumas, ocelotes y leones, tienen otros conjuntos de armónicos con sus frecuencias exactas, las cuales generan fuerza muscular, aumentan la movilidad articular y brindan un muy buen alivio terapéutico del dolor.
La autora Gillian McKieth sugiere en su libro más vendido, Tú eres lo que comes, que es posible que también eres lo que escuchas. Las frecuencias de sonido también tienen un efecto profundo en nuestro estado de ser. Hoy nuestro mundo está lleno de sonidos que no siempre tenemos la capacidad de controlar. Nuestros sentidos están bombardeados con los sonidos del tráfico, los televisores, las llamadas telefónicas y toda una serie de frecuencias invisibles que preferiríamos no conocer. No hay que desesperarse. Podemos mejorar nuestro sentido de la armonía interna y el bienestar con unos pocos cambios simples en nuestro entorno, como escuchar sonidos de la naturaleza que calman la mente y relajan el cuerpo.
Es posible que prefieras escuchar el sonido de un arroyo balbuceante, las olas del mar suaves o los hermosos cantos de las aves. Hemos observado que colgar campanas de viento en los árboles, bajo la cubierta y los aleros de nuestro hogar, envían suaves tonos musicales gracias al viento que tienen un efecto calmante sobre nosotros mismos y el medio ambiente que nos rodea. Las campanas de viento afinadas son instrumentos musicales por derecho propio y no requieren equipo de grabación especial. La danza del viento toca las campanas en armonía con la naturaleza. Los carillones de viento también tienen la ventaja de crear armónicos ya que los tubos resuenan entre sí. Y esta resonancia se puede lograr tanto con un conjunto de campanillas como colocando un grupo de campanillas cerca unas de la otras. Es una excelente manera de establecer los tonos en tu vida.
Continúa experimentando con varias opciones y encuentra lo que armonice contigo. Diviértete, relájate y disfruta de los sonidos que estés escuchando.
Por tu bienestar,
Rafa Monllor